viernes, 6 de junio de 2008

Killawasi (historias quechua)




El color de las hojas de eucalipto al atardecer, las calles empedradas después de la lluvia y la luz de la luna en los Andes recuerdan al brillo plata. Los antiguos peruanos utilizaron este mineral para crear piezas de orfebrería y objetos ornamentales que rindieran homenaje a la misteriosa madre luna, o killa en quechua.

Miles de años después, el barrio de San Blas, en Cusco, con sus pequeñas calles zigzagueantes que desafían a la gravedad y que recuerdan al Albaicín de Granada, es conocido por las familias de artesanos y artistas que viven en las casas blancas de puertas azules y techos de teja.

Los joyeros peruanos trabajan la plata desde tiempos antiguos, herencia de sus padres y abuelos, fusionando la estética de occidente con las raíces indígenas. De entre los muchos artesanos de esta ciudad situada a más de 3.000 metros de altura, el maestro Cárdenas, con su sonriente mujer Zoila, tiene su propio taller de joyas artesanales en plata llamado Qollewasi, o casa de la plata.

Este artesano, que ganó en 2007, el premio de la ciudad por sus creaciones, se encarga de conseguir piedras semipreciosas traídas de todo el Perú, ha inventado sus propias máquinas para lograr pulirlas en infinitas formas y compra personalmente la plata que utiliza en sus creaciones.

De entre algunas de las piezas hechas por Cárdenas se reconocen diseños que aparecen en las misteriosas Líneas de Nazca en el desierto, peces del reino Chimú, espirales presentes en pinturas rupestres en el Valle de Moche o la chakana o cruz andina, que representaba la partición de los diferentes mundos en la cosmogonía andina.

Muchas de las piedras y materiales utilizados son tan antiguos que es posible verlos en piezas de orfebrería precolombina en los museos peruanos. El spondylus, por ejemplo, es una concha marina de aguas calientes que era utilizado en joyas destinadas a miembros de la nobleza. Las piedras, como la serpentina, el ópalo andino, la sodalita, o turquesa andina están presentes en objetos ceremoniales y elaboradas joyas.

Además de los materiales convencionales, actualmente se incorporan también los huaryruros –semillas de la selva que representan la visión del mundo– o las tradicionales hojas de coca, que contra lo que se piensa, dista mucho de ser droga sino que es un importante elemento cotidiano y ritual de los pueblos andinos.

Cuando las noches de luna llena bañan de luz plateada las altas montañas y la ciudad del Cusco, se dice que son días de cortar buena madera y cambiar los pensamientos. En el barrio de San Blas, el maestro Cárdenas pierde el sueño esos días y sube hasta lo más alto de su casa. Entonces mama killa le confiesa secretos que utiliza en la próxima pieza que crearán sus manos en su pequeño taller.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Umm los pastelitos árabes de la
Calle de la Calderería Nueva de Granada!!!

Anónimo dijo...

Qué bonito Lauri,te noto muy inspirada no?Me gusta este post con reminiscencias de leyenda...

carlos dijo...

Hoy me ha gustado este comentario. Perú, Valle de Moche (a las afueras de Trujillo), Albaycin... Buena mezcla...

Lauri, esta semana hemos tenido a Izazskun un par de días en casa y se va tomando forma el asalto al País Vasco en verano.

AB Complementos dijo...

´Muy buen post! ;)